Llega el verano y con él las ganas de tomar el Sol. Por eso, hoy queríamos hablaros de las cremas solares.
¿Sabías que cada año se vierten entre 6.000 y 14.000 toneladas de crema solar en los océanos a través de los bañistas? Por eso, la composición de estas es fundamental para preservar la fauna y flora marina.
La mayoría de protectores solares que usamos y que compramos en supermercados o farmacias, están compuestos por filtros químicos conocidos como nanopartículas (como el benzophenone-3 (Bp-3) o oxibenzone) que protegen la piel de las quemaduras, hacen que el producto se extienda más fácilmente o evitan la película blanca que tanto nos desagrada. La gran mayoría de filtros químicos son muy dañinos para los arrecifes de coral -los blanquea hasta que acaban muriendo- y para la fauna marina -afectan a su desarrollo-. De hecho, en 2017 Hawái anunció que, a partir de 2021 quedará prohibida la venta de más de 3.500 cremas solares que contienen estos filtros (en concreto oxibenzone y octilmetoxicinamato). Aunque esta prohibición todavía no ha llegado a Europa, existen estudios que demuestran el daño que estos filtros están causando en nuestros mares.
Por si no fuera poco, muchos de estos filtros químicos son considerados posibles disruptores endocrinos, es decir, que alteran el sistema hormonal. Especialmente en niños, adolescentes o embarazadas. Y alguno de ellos están, incluso, prohibidos en países como EEUU por sus posibles efectos cancerígenos.
Entonces, ¿qué soluciones nos quedan para protegernos del sol?
Las cremas con filtros físicos. Los llamados filtros físicos como el óxido de zinc son considerados como filtros no dañinos siempre que no figure en una proporción superior al 25%. Estos filtros protegen igual de las radiaciones solares, pero tienen un inconveniente: espesan más las cremas solares, dificultando su repartición por la piel. Por eso, encontrar un protector solar con filtro físico que deje la piel fresca y no pegajosa no es fácil.
En Vida Zero Waste hemos buscado y probado muchas alternativas, hasta que hemos encontrado la que cumple con todos nuestros requisitos: una crema solar con filtro físico que se extiende muy fácilmente, no deja una capa pegajosa en la piel, está hecha de productos naturales, es vegana y, por supuesto, viene en un envase biodegradable.
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